Salimos del aeropuerto de Asturias a las 15.15 con destino Paris en un avión de Air France. El vuelo fue bastante corto y, salvo algunas turbulencias, fue un vuelo tranquilo que aprovechamos para leer el caso práctico sobre Japón que tenemos que desarrollar con nuestros equipos virtuales.
No os he explicado que el motivo de nuestro viaje era pasar diez días en Hindelang (en los Alpes) con otros estudiantes de distintas universidades europeas en un programa intercultural intensivo.
Al mismo tiempo que estudiábamos casos prácticos sobre Management e interculturalidad empresarial, éramos conejillos de indias porque los equipos estaban formados por un representante de cada país participante, de forma que entre nosotros también surgirían diferencias culturales a la hora de trabajar que debíamos solventar.
De Paris salimos a las 18.15 y llegamos a Munich a las 19.50. Allí nos recogió el novio de Laura y, los cinco en el coche, con las maletas, nos fuimos hasta Hindelang. Tardamos dos horas y media. A mitad de camino paramos para comer en el MC Donals, ya sé que no es comida típica alemana, pero era tarde y además somos estudiantes. La hamburguesa de Nerea, que la pidió con queso, llegó seca y sin queso. Hubo lío con al agua, que la querían normal y la pusieron con gas, y las patatas estaban muy saladas, como es normal en los sitios de comida rápida. Pero nos reímos mucho.
Al llegar, la Welcome Party eran varias chicas italianas, un chico alemán (Marc) y un chico americano. Tras localizar nuestra habitación, que la compartíamos las chicas españolas, nos unimos a la fiesta. Estuvimos con ellos bebiendo cerveza y icetea hasta tarde.
La mañana de domingo comenzó con una ducha a las 7.30 am. Despertar, abrir la cortina y ver la impresionante montaña nevada justo enfrente impresiona. A los pies de la montaña, prados verdes y casitas de cuento. El paisaje era precioso, alpino, de alta montaña. Nunca he estado en un lugar como este.

