Dentro de las visitas que teníamos programadas: ver Munich, ir a la ópera para ver el Ballet de Nacho Duato…, sin duda la mejor de todas fue la que no estaba programada. Visitar el castillo Neuschwanstein, gran reclamo turístico de la zona de Baviera.

Como he dicho anteriormente, no estaba dentro del programa, sin embargo, el equipo español teníamos especial interés en visitarlo. ¡No puedes estar en Baviera diez días y no visitar su castillo más famoso!. La iniciativa tuvo gran acogida por parte del resto de estudiantes, así que se organizó.

Fue todo un éxito. Sin duda una visita obligada. El recorrido lo hicimos adentrándonos en Austria para volver a entrar en la zona de Baviera, de forma que pudimos disfrutar mucho más del maravilloso paisaje (y tomar café en Austria).

El castillo de Neuschwanstein, sobre la colina, rodeado de árboles, destaca desde lejos. Para subir puedes coger un coche de caballos o hacerlo a pie. Es una subida larga pero merece la pena caminar entre los árboles hasta el castillo. Una vez arriba, las vistas son fabulosas. El castillo parece de cuento y todas las fotografías parecen pocas para inmortalizar la visita.

De nuevo la lluvia hizo acto de presencia mientras visitábamos los patios interiores de Neuschwanstein. Estuvimos a punto de irnos de nuevo al autobús (que nos esperaba en la parte de abajo) cuando la lluvia se hizo más intensa. Sin embargo, aún no sé por qué motivo, decidimos ir a ver la otra parte del castillo, bordearlo para ir a un puente que estaba indicado como punto de visita. ¡Menos mal que fuimos! si no la visita habría quedado incompleta, y lo más importante, no habríamos podido ver la postal más impresionante del castillo de Neuschwanstein. Esa fotografía típica del castillo. La panorámica era espectacular, incluso salió el sol para hacerse cómplice de nuestro gran momento e iluminar nuestras fotografías. De allí nos llevamos un maravilloso recuerdo y las ganas de volver a Baviera.

Munich

Castillo de Neuschwanstein

Vista panorámica del castillo de Neuschwanstein