Ayer estuve de visita profesional en una jornada dedicada a la sidra y los quesos en la Comarca de la Sidra, en concreto en Villaviciosa. Tras unas breves presentaciones donde se dió a conocer a expertos turísticos y profesionales del turismo nuevas variedades de sidra no tan comunes o conocidas, se llevó a cabo una degustación de productos artesanales.
En Asturias, en la actualidad, existen cuatro tipos de sidra, la natural que es la que se consume en mayor medida y que es la utilizada para escanciar, la sidra espumosa, cuya marca más conocida es Sidra el Gaitero, sidra Nueva expresión, que se trata de una nueva forma de tomar sidra, en copa como si fuera un vino blanco, sin gas, de un sabor y una acidez diferente a las dos anteriores y que combina perfectamente con todo tipo de aperitivos, quesos y mariscos, y por último la sidra achampanada, que se asemeja mucho al cava, ya que la botella es muy similar y se descorcha de la misma forma.
Las diferencias entre ellas no es sólo la forma en la que se sirven o se consumen sino también el tiempo de fermentación y las variedades de manzana con las que se elaboran.
La Denominación de Origen de la Sidra Asturiana reconoce 22 variedades de manzana para la elaboración de los distintos tipos de sidra, aunque existen muchas más, aunque no forman parte de la Denominación de Origen.
La degustación de la sidra fue acompañada por distintos tipos de quesos, que en este acto se pretendían dar a conocer también como recurso turístico. Entre ellos, los quesos con Denominación de Origen son los que mayor nombre y reconocimiento tienen en Asturias y fuera de la región. Sin embargo, me gustó especialmente el queso ecológico por su textura blanda y cremosa, como de mantequilla, y por su sabor suave. El queso a la sidra fue todo un descubrimiento para mí. En el proceso de elaboración del queso, lo dejan macerar un par de días en sidra hasta que adquiere una tonalidad marrón por fuera y su aroma por dentro.
El queso de mezcla semicurado sigue siendo mi queso favorito, y si es casero y artesanal, ni que decir tiene que su sabor es exquisito. Por último, probé un queso de cabra, que aunque no tenía un sabor fuerte, no fue de mis favoritos.
Y es que yo, para los quesos soy bastante delicada, y no soy capaz de comerme un queso curado y menos aún probar el tradicional y famoso queso de cabrales.
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