Recuerdo con nostalgia las tardes en la playa de la Malagueta, tumbada bajo el sol escuchando el ir y venir de las olas. Y el olor de los espetos de sardinas… aquellos momentos de tranquilidad frente al mar. Es curioso cómo los olores pueden transmitirnos tantos recuerdos y sensaciones. A veces veo fotografías de mi casa y puedo sentir a qué huele el campo bajo el sol, puedo imaginar la sensación que produce. Es como oír una canción que te trae miles de recuerdos. Hoy he oído en la radio a Paco Ibánez y eso me ha transportado a mi niñez. Supongo que cada lugar nos hace sentir cosas diferentes y cada ciudad dónde he vivido me ha dejado su particular huella. Hoy recordábamos Granada. Seguimos el día a día de la ciudad a través de internet. Sus problemas son los mismos que cuando nos fuimos y nos entristece ver que nadie se plantea sacarle mayor partido. Es un lugar muy especial, lleno de encanto y de magia. Recuerdo esas noches en la Alhambra, sus sonidos, sus maravillosos atardeceres en verano. Ese continúo descubrimiento de la ciudad que esconde miles de tesoros y lugares de ensueño. ¡Cuánta añoranza! La Haya no tiene ese embrujo que tiene Granada. Cuánto se echa de menos salir a tomar una tapa. La Haya es una ciudad bonita, multicultural y cosmopolita. Tiene una zona centro llena de tiendas, cervecerías, restaurantes… Pero la vida que tienen las ciudades andaluzas no la tienen las de aquí. La Haya, que en número de habitantes no supera a Málaga, es una ciudad amplia, con muchas zonas verdes, bosques y lagos. En la parte más antigua de la ciudad hay canales y tiene la zona de costa. Se puede decir que tiene de todo y ofrece un amplio abanico de posibilidades de ocio y entretenimiento. También es muy cultural, con muchos museos, teatros, conciertos al aire libre y competiciones deportivas en verano. Las comparaciones son odiosas y probablemente muy personales. Pero la ciudad perfecta no existe. El ambiente y la vida que tiene Granada la hacen muy especial pero se echa en falta que tenga una mayor zona verde, menos tráfico y se piense más en el ciudadano. Aquí en Holanda estos aspectos ya están superados hace mucho tiempo. El tranvía comunica la ciudad de forma rápida y eficaz. Los espacios amplios, los jardines y los parques hacen de la ciudad un lugar agradable para pasear o ir en bici. Pero se echan en falta ese clima cálido que te llena de vida, esa alegría en la calle y esos heladitos por la tarde. Y es que como dicen por aquí, como en Andalucía no se vive en ningún sitio. Y es verdad