Grazalema

Hoy hemos madrugado un poco para emprender nuestro viaje al Parque Natural de la Sierra de Grazalema. Un día espléndido y soleado para viajar por las estrechas carreteras de montaña que desde el Valle del Guadiaro nos llevarían a la localidad gaditana de Grazalema.

Tras una breve parada para desayunar en la Cafetería Bokagua de Cortes de la Frontera, estábamos  listos para continuar el viaje. El paisaje, entre montañas y rocas invita a detenerse a admirarlo. A lo largo de la carretera encontramos miradores y zonas donde poder parar y fotografiar el bello paisaje que se extiende a los pies del vajero. Altas colinas y cumbres de roca caliza enmarcan la postal.  A nuestros pies, en la profundidad del valle, el río Guadiaro y la línea de ferrocarril. Salpicados en las laderas de las montañas, pequeños núcleos de población con sus características casas blancas.

Al llegar al cruce de Benaoján, hemos seguido hacia la localidad de Montejaque y desde allí, a través de un tramo realmente angosto y sinuoso, dirección Sevilla. Una vez hemos alcanzado la carretera general hacia Sevilla, a tan sólo unos metros, el desvío hacia Grazalema nos indica que quedan 16 km hasta nuestro destino.

Majestuosos alcornoques ya descorchados, con sus troncos desnudos, se suceden a lo largo de todo el camino. El bosque se extiende hasta los altos picos rocosos que dan cobijo y parecen acunar al pueblo de Grazalema.

Unos kilómetros antes de llegar encontramos el Hotel Fuerte Grazalema, situado estratégicamente frente a Grazalema en una zona de llanura rodeada de frondosos chopos.

Grazalema es un precioso pueblo blanco que conserva en sus fachadas el encanto rural, ese gusto por lo tradicional, con sus macetas llenas de flores, los balcones enrejados y las puertas de madera.

Estaba lleno de vida cuando hemos llegado, los habitantes del pueblo se entremezclaban de forma cotidiana con los visitantes extranjeros y foráneos que por sus calles paseaban, entre ellos nosotros.

Distintas terrazas y restaurantes se mezclan con tiendas de artesanía, regalos y comestibles, haciendo del centro de la localidad un lugar agradable y entretenido donde pasar la mañana.

Tras degustar la tradicional sopa de Grazalema en el Restaurante «Contrastes», un pequeño local próximo a la Plaza de España, de moderna decoración y cocina tradicional, hemos disfrutado de una estupenda tarde de piscina y sol en el hotel.

Mañana nos espera nuestra primera ruta de senderismo por la sierra.

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