Los horarios en Holanda son muy diferentes a los que hay en España. El desayuno se toma temprano, en torno a las siete o siete y media. Es un desayuno completo y variado. A media mañana, sobre las doce, se toma el lunch que consiste en un café y algo ligero para comer. Puede ser un sándwich, una ensalada o un trozo de pastel. La comida fuerte es a las seis de la tarde. Un plato caliente, ensaladas, postre, etc.

Esta costumbre resulta ser algo relativamente reciente, como resultado del actual ritmo de vida. Antes, se almorzaba también en casa y se cocinaba comida caliente. Y la cena era más ligera con pan, embutidos y quesos.

Pero teniendo en cuenta que la jornada laboral termina a las cinco de la tarde, es lógico pensar que la cena se sirva sobre las seis y sea un plato más consistente. La mayoría de la gente tiene un ratito para almorzar en el trabajo, por lo que se toman algo rápido.

Al llegar aquí, estas costumbres horarias eran un poco difíciles de seguir porque a las dos de la tarde teníamos mucha hambre. Ahora que ya hemos cogido el ritmo holandés, tomamos algo ligero a la una y hasta la hora de la cena sólo tomamos un té con algunas galletas. Y sobre las diez de la noche comemos cereales con leche.

Otro aspecto diferente en cuanto al horario es que las tiendas, los bancos, los organismos oficiales y casi todo, abre de nueve a cinco. Si sales a la calle a las ocho de la tarde, un día de sol, casi no hay gente por la calle. Nadie. Todos están en casa ya. No es como en España que en verano salimos a tomar un helado a la calle y por la noche. Aquí no. La gente hace más vida social y familiar en casa y no tanto fuera.

No es muy habitual salir a comer fuera y tampoco ir a cenar. Se hace, pero es algo excepcional, para celebrar algo o en un día de fiesta. De todas formas si sales a cenar, que no sea muy tarde porque los restaurantes siguen también el horario holandés, así que sobre las ocho ya es tardecillo para ir y te pueden poner mala cara. Aunque con lo caro que es comer fuera de casa aquí en Holanda, no apetece mucho salir fuera a cenar. Es mejor tomar el lunch por la calle, en algún puestecillo de pescado o de croquetas y patatas fritas, y cenar en casa tranquilamente.