La fiesta de la Tarasca –también llamada La Pública– abre los días grandes del Corpus de Granada, cuando la figura de Santa Marta cabalgando al dragón, símbolo del triunfo de la belleza sobre la fuerza, recorre las calles del centro como prólogo de la procesión solemne que llega cada año. El vestido del maniquí, que cambia cada año, por tradición se supone que marcará tendencia en la moda de la ciudad durante los siguientes doce meses.
En cualquier caso, acompañada de un espectáculo de gigantes y cabezudos que representa a los Reyes Católicos y a Boabdil, la fiesta de la Tarasca es más una fiesta infantil que otra cosa, y acompañada de los inevitables vendedores de globos y de los abuelos que llevan a hombros a los nietos, hace un recorrido de ida y vuelta al Ayuntamiento durante el cual los cabezudos golpean al público con vejigas hinchadas.
Texto de José A. Cano (Periodista).
Imágenes de El Mundo, Europapress y Granadaimedia.
Este año el estilismo corrió a cargo del diseñador local Pacobo y de la estilista Concepción Insúa.