Con este bonito nombre, la nueva ruta habilitada por el Ayuntamiento de Güéjar Sierra, nos sedujo a todos los miembros del grupo de senderismo, y el pasado domingo caminamos tras los pasos del ilustre novelista Alejandro Dumas y de los célebres botánicos Charles Edmon y Morritz Villkomm que durante los siglos XVIII y XIX frecuentaban la zona.

Se trata de un sendero de casi 10 km de distancia, con varias subidas pronunciadas, sobre todo la última de unos 600 metros de desnivel, entre rocas, pinares y encinas y alegres riachuelos que cruzan el camino. La ruta comienza justo en la cola del Embalse de Canales, al principio de la subida al Puerto de Haza Llanas, transcurriendo al principio por zonas de cultivo y pequeños cortijos.

Es obligado comentar en este punto, la anécdota de la jornada. Durante la ruta, en varios puntos encontramos multitud de avispas, con sus consecuencias obvias. Si alguien hace la ruta, tanto en un sentido como en otro, ya que es circular, debe tener precaución. Del grupo de casi 35 personas que fuimos la mitad acabó con al menos un buen picotazo, e incluso las mascotas caninas sufrieron, y lamentablemente casi más que los adultos, las consecuencias de “molestar” sin querer a un panal entero de avispas. Afortunadamente quedó en la anécdota del día.

Se trata, sin duda de una nueva ruta que amplía la oferta de senderos con los que ya cuenta esta localidad, y que siempre logra sorprenderme. Llevo ya varios años frecuentando sus caminos y cada vez que lo hago descubro un nuevo rincón, un nuevo paraje de inmensa belleza y riqueza paisajística.

Salir a caminar en otoño está siendo toda una experiencia y hacía años que no lo hacía tan a menudo.

Al llegar a la parte alta de la ruta, a la altura de varios hoteles y un campo de fútbol, encontramos unas vistas estupendas. Sentarse debajo de los árboles, en las rocas, y sentir el viento soplar, en silencio, fue un momento estupendo y realmente gratificante, sobre todo después del esfuerzo de la subida.

En esa zona aprovechamos para comer, charlar de forma distendida y disfrutar de un buen rato de tranquilidad, algunos de nosotros tumbados contemplando el cielo gris o simplemente medio dormidos.

El regreso se hizo de forma rítmica y a buen paso, descendiendo por la otra cara de la montaña entre encinares hasta alcanzar de nuevo las huertas de la zona próxima a la carretera que sube a Haza Llanas. Justo entre las fincas, en un cruce de una acequia fue donde las avispas atacaron a medio grupo y a los perros que incluso un buen rato después, aún llevaban avispas enganchadas entre el pelo.

Para rematar un estupendo día de senderismo, nada mejor que tomar unas ricas migas, un estupendo arroz y regarlo todo con unas cervezas fresquitas. Para eso, nos fuimos todos a Pinos Genil, una localidad muy cercana, bajando hacia Granada.

Así concluía un domingo lleno de anécdotas, risas, cotilleos y buen ambiente en un entorno natural que nos hizo sentir a muchos de nosotros privilegiados.

Nos vemos en la próxima, que espero que sea antes de acabar el año.