Ayer fuimos a pasar el día a Sierra Nevada, aprovechando que entre semana hay menor afluencia de visitantes.
He de decir que llevaba años sin subir y que para nuevos visitantes y extranjeros, las indicaciones y la señalización deja mucho que desear. Primero dedicamos parte de la mañana a caminar por la Estación de Esquí, para ver un poco la zona y para buscar una zona habilitada para jugar con trineos y palas. Objetivo bastante difícil, ya que no existe, o no llegamos a ver, una zona para tal fin que no fuera un pequeño espacio cerca de la zona recreativa de «el mirlo blanco», donde estuvimos comiendo con unas maravillosas vistas y disfrutando del sol en un día primaveral.
Para aprovechar mejor el día, decidimos subir en el telesilla hasta la parte más alta de Pradollano. Superando la sensación de vértigo, he de reconocer que las vistas son espléndidas desde esa altura.
Arriba del todo, próxima a la zona de pistas pero sin ser peligroso, encontramos una zona estupenda para jugar con las palas, los trineos y disfrutar de la nieve como si fuéramos niños.
En un día radiante de sol, fue imprescindible la protección solar, las gafas de sol y el gorro, aunque no hacía ni frío ni viento. Tras pasar parte de la mañana allí, volvimos en el remonte hasta la plaza de Andalucía. Como aún era temprano, decidimos subir con el coche hasta la Hoya de la Mora, donde cientos de niños y adultos jugaban con trineos y se deslizaban cuesta abajo. Sin duda, una zona mucho más apropiada para jugar con los niños. Caminar hacia la Virgen de las Nieves, con los pies enterrados en varios centímetros de nieve se convertía en una tarea imposible, pero nos ofrecía unas maravillosas vistas de Sierra Nevada. Un día genial que hay que repetir antes de que acabe la temporada de esquí.