Islas Phi Phi, Tailandia
La última parte del viaje estaba destinada al descanso, al sol y a disfrutar de las maravillosas playas de las islas tailandesas. Nuestro hotel estaba en la Isla de Phuket, un destino muy turístico y bien comunicado con su aeropuerto internacional que nos permitía emprender el regreso a España, tras trece días de aventura, sin tener que volver a volar a la capital, Bangkok.
Tras una hora de vuelo aproximadamente, desde el aeropuerto de Chiang Mai, llegamos a Phuket a la hora de comer. La isla es una de las más grandes del archipiélago y por lo tanto, los desplazamientos no son cortos para moverse por la ella. Nuestra idea de recorrer la isla no es viable a no ser que contrates un tuc tuc o alquiles algún medio de transporte, como por ejemplo una moto, algo muy habitual entre los visitantes.
Nosotros nos quedamos en la zona del hotel, bien situado en una de las zonas más turísticas y con una de las playas más conocidas de la isla. Esa misma tarde estuvimos recorriendo la larga playa de arena fina y vimos una puesta de sol espectacular, cumpliendo así uno de mis deseos.
Al caer la noche, la calle peatonal cercana a la playa se llenó de vida nocturna con cientos de locales de copas y shows eróticos que de forma insistente te ofrecen descuentos y precios escandalosamente económicos para que entres. Los famosos ping pong shows, las barras americanas y todo tipo de ocio relacionado con el sexo están concentrados en una larga calle peatonal, donde se puede conseguir todo lo que busques, ya sea legal o ilegal. El turismo sexual, por lo que tristemente también es famosa Tailandia, allí era más explícito que en cualquier otro lugar. Teniendo en cuenta que era temporada baja, llamaba la atención ver a hombres occidentales de edad madura que viajaban solos y que sin el menor pudor subían a una motocicleta con alguna de las chicas de los clubs para perderse en la noche tailandesa.
En temporada alta, el bullicio y el ir y venir de la isla debe de ser agobiante. Suerte que no era el caso y pudimos disfrutar de nuestro paseo, no sin antes contratar en una de las muchas agencias de viajes que se suceden a lo largo de todo el paseo marítimo, nuestra excursión para las Islas Phi Phi. En la zona del paseo marítimo, en las agencias de viaje se puede conseguir la excursión a un precio muy económico, mucho mejor que el que te ofrecen en el hotel por el mismo servicio, así que os recomiendo que dediquéis un rato a ver precios y comparar, porque realmente merece la pena. Conseguimos la excursión a mitad de precio y os puedo asegurar que no nos defraudó.
Para ir a las Islas Phi Phi hay que ir en autobús al puerto y desde allí en lancha rápida desplazarte a las islas. La excursión incluye siete islas donde se va parando para hacer diferentes actividades en ellas. Puedes bucear (snorkel) en medio del océano entre peces de colores, nadar y bañarte en aguas turquesas, tomar el sol en arenas blancas y final, ver fondos de coral blanco y sobre todo, disfrutar de un paisaje increíble y totalmente diferente.
El archipiélago de islas es muy amplio, con grandes islotes verticales cubiertos de vegetación y con una rica biodiversidad. Son frecuentes los monos y en ocasiones se puede bajar de la barca rápida para verlos de cerca.
Fue una experiencia intensa con nuevas emociones, fue la primera ver que hacía snorkel y realmente impresiona lanzarse al agua en medio del oceáno, sintiendo los peces debajo y viendo el fondo tan transparente y lleno de coral. A mí me impresionó mucho y se nos hizo corto. En la última de las islas que estuvimos, también pudimos disfrutar del fondo marino más próximo a la playa ya que la marea estaba bajando y el coral literalmente te rozaba el cuerpo en algunas zonas.
Pero si tengo que elegir una isla, mi favorita fue Playa Maya, en Krabi. Esa pequeña bahía, a la que tuvimos que acceder caminando por el agua, porque los barcos no podían acercarse a la orilla, tiene un encanto especial. Rodeada de grandes acantilados, te permite caminar hasta el otro lado de la isla atravesando zona de selva y ver desde un mirador el resto de islotes. Entre ellos, pequeños barcos tradicionales pueden navegar sin peligro de quedar encallados al bajar la marea.
Sin duda, os recomiendo hacer la visita a las Islas Phi Phi y descubrir que nada tienen que envidiar al famoso caribe.
Al día siguiente tocaba relajarse en la playa de Phuket, pero el día empezó a nublarse y en pocos minutos la niebla cubrió por completo la isla, empezando así a llover. Has estado alguna vez bañándote en aguas cálidas mientras llueve? Es una pasada al igual que caminar por la arena bajo la lluvia tropical.
Tras dedicar unas horas a comprar regalos y recuerdos en un centro comercial cercano, decidimos organizar una noche Thai, aprovechando que era día 10 de mayo, día festivo en Tailandia en honor a Buda (descubre más sobre esta festividad). Se suceden las ofrendas y se lanzan farolillos desde la playa. Así que pudimos disfrutar de nuestro Phad Thai picante, de nuestros gusanos fritos y de una rica cerveza local (gastronomía tailandesa) sentados en la playa casi a oscuras, con el sonido del mar de fondo.
Se acercaba el final de nuestra luna de miel. Qué rápido pasan los días cuando estás viajando y descubriendo miles de cosas nuevas. Habían sido trece intensos días que siempre recordaremos con ilusión y con nostalgia. Aún no nos habíamos ido y ya queríamos volver. Nuestra última noche fue para disfrutar de una cena cortesía del hotel, en la terraza, con jazz en directo. Al día siguiente nos esperaba un largo viaje de vuelta, pero llevábamos las maletas llenas de vivencias y unas infinitas ganas de ver a nuestra familia y amigos y poder compartir con ellos nuestras anécdotas y experiencias.
Hasta pronto Tailandia.
Todas las imágenes son originales ©
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