Un, dos, tres… ¡a Tenerife!

No hacía ni un mes que habíamos vuelto de Milán y ya estábamos haciendo de nuevo las maletas. Pero esta vez con ropa de verano…en pleno enero… ¿Adivinas a dónde nos íbamos? ¡A Tenerife! Nuestra primera visita a las islas.

Pero empecemos está historia por el principio, porque este viaje era el premio de la ruta de la tapa de Maracena. Tras participar junto con un grupo de amigos, el pasaporte de la tapa se iba sellando en los establecimientos visitados y se votaba al final la mejor tapa según nuestra experiencia.

Pues bien, participamos cómo hacemos en tantas otras actividades juntos, por pasar un buen rato entre amigos y por probar nuevas sugerencias gastronómicas. Y la suerte o el azar, quiso que mi pasaporte fuera el premiado el día del sorteo. El premio era económico a canjear en una agencia de viajes de la localidad. Se os ocurre un premio mejor para alguien a quién le apasiona viajar? A mí no, desde luego.

Tras barajar distintos destinos con Laura, de la Agencia Cinco Continentes, finalmente nos decidimos por Tenerife y allí estábamos emprendiendo el vuelo de nuevo.

Puerto de la Cruz es una bonita localidad que a finales de enero permanecía tranquila con viajeros nórdicos, la mayoría ya jubilados, que igual que nosotros huían del mal tiempo y del frío.

Tuvimos días de viento fuerte que impedía el acceso a las playas pero que nos regalaron el maravilloso espectáculo de las olas rompiendo llenas de espuma en las rocas negras de la costa.

Nuestro hotel muy bien situado nos ofrecía la posibilidad de ir andando al centro, a la playa o incluso al Loro Parque.

Disfrutamos de largos paseos por la playa y los jardines cercanos y, por ser el primer día, comimos en un restaurante local comida típica: Chargue con patatas arrugás y mojo picón entre otras cosas.

En el buffet del hotel cada día probamos cosas típicas de la gastronomía tinerfeña, las patatas arrugás o en cualquier otro formato nunca faltaban, pero había también ricos pescados, quesos de elaboración local y gofio ( reconozco que no me gustó). Y la fruta…qué delicia comer plátanos de Canarias en Canarias. Su sabor no se parece ni por asomo a los que comemos en la península. Entre la papaya que nunca me faltaba en el plato del postre y los ricos sorbetes de verduras que hacían, podemos decir que nos portamos moderadamente bien en el buffet y que comimos bastante sano jejejeje.

Nuestras vacaciones en la isla eran de una semana que aprovechamos para disfrutar de la playa siempre que el tiempo lo permitió y hacer turismo por Puerto de la Cruz. Muchos viajeros que visitan Tenerife se alquilan un coche para moverse por la isla y poder aprovechar mejor su estancia. En nuestro caso decidimos no movernos y dedicar los días al relax, la lectura en la playa y a conocer mejor la localidad.

Una de las visitas obligadas si vas a Tenerife es el Loro Parque, uno de los zoos más grandes de Europa y que sinceramente no decepciona. Puedes dedicar un día completo a recorrerlo y a conocer y disfrutar de los diferentes animales que allí hay. Para los defensores de los animales o los animalistas debo decirles que la fundación del parque ayuda a la recuperación de especies en distintos lugares del mundo. Hacen una labor que ayuda a la preservación de la biodiversidad y que creo que merece la pena conocer.

Especialmente nos gustó ver a las orcas que ya las habíamos podido ver en aguas del estrecho justo el verano anterior y que son un animal realmente impresionante.

Tras haber estado en Tailandia unos meses antes, ver la entrada del parque con arquitectura thai resulta sorprendente. Cómo curiosidad del Loro parque y del Siam park (parque acuático del sur de Tenerife), destaca que rinden honor a una visita de los reyes de Tailandia a la isla.

Los últimos días de la visita los teníamos reservados para ir al Teide. El viento impidió que subiéramos el día previsto y tuvimos que cambiar nuestra reserva del teleférico para dos días después, con previsión de tener una mejor climatología.

El funcionamiento de la página para reservar y gestionar la subida y bajada al Teide es muy bueno y en ella indica la última actualización de la metereología. Así es más fiable comprar el billete del autobús que sube desde Puerto de la Cruz hasta la base del volcán, justo donde el teleférico inicia la subida hasta cerca del cráter.

Previamente y con varios meses de antelación habíamos reservado por Internet un permiso especial para acceder al cráter. Esa visita es gratuita pero está limitada a un aforo diario. Si podéis, reservad la subida hasta arriba, no os decepcionará.

Desde donde os deja el teleférico hay varias rutas a izquierda y derecha bordeando el volcán. Las vistas desde allí son increíbles y si el día está despejado se pueden ver las otras islas con facilidad. Pero si subís por el sendero de piedra marcado y delimitado hasta el mismo cráter del volcán la experiencia se convierte en única. El olor a azufre que se percibe te hace ser plenamente consciente de que estás en un volcán, dormido, pero no muerto. Sigue vivo y eso lo percibes en el calor que desprenden las rocas, el humo o vapor que sale del suelo y en el olor.

Desde allí arriba, a 3718 metros, las vistas son impactantes y la sensación indescriptible. Sentarse allí unos minutos y contemplar el horizonte en total calma sintiendo el viento en la cara es una sensación maravillosa. Es lo que más de gusta de la montaña. Lo que se siente cuando alcanzas la cima, después de haber sufrido en la subida, es la mejor recompensa posible.

Para terminar nuestros días en Tenerife y aprovechando el buen tiempo fuimos a pasar el día a la zona del Lago Martiánez. Se trata de una zona privada a la que puedes acceder previo pago de la entrada y dónde se puede disfrutar de distintas piscinas y zona de descanso y relax. Finalmente, no nos convenció entrar al complejo porque suponía pasar todo el día dentro y a nosotros nos apetece siempre indagar y descubrir nuevos lugares.

Sin embargo, justo al lado, en la zona más rocosa de acantilados, el acceso está habilitado con escaleras y se puede bajar a las pozas naturales que el mar forma entre las rocas. Allí algunos lugareños se bañaban entre los peces y nos unimos a ellos. ¡Qué pasada bañarte en las pozas de aguas cristalinas! con los peces nadando bajo tus pies mientras las olas renuevan el agua y te arrastran con la corriente.

Disfrutamos mucho de nuestro rato de baño y después estuvimos comiendo sobre la arena en una pequeña zona de playa cercana. Sin duda fue una experiencia mucho más interesante que pasar el día tomando el sol en una tumbona.

Antes de despedirnos de Tenerife, tenerifelicidad, que es el eslogan turístico de la isla y que hace honor a su nombre, nos regaló agradables ratos viendo a los surfistas en el rompeolas y la visita a la casa jardín Sitio Litre, así como las vistas del Parque Taoro.

Sin duda Tenerife es mucho más. Quiénes deciden descubrir la isla en coche pueden ver y hacer muchas más cosas, pero nosotros disfrutamos intensamente de nuestros días en Puerto de la Cruz y tuvimos tiempo para descansar, desconectar y recargar las pilas antes de volver a la península.

Nota: todas las fotografías son originales ©

2 comentarios

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.