
Hoy es el primer domingo de mayo y en España se celebra el día de la madre. Es un día muy especial y se llena de ramos de flores, de postales con purpurina, huellas de manos de colores y un sinfín de regalos hechos con el corazón y llenos de amor.
Hasta que uno no se convierte en madre o en padre, no entiende realmente lo que significan esas palabras.
Que te digan mamá por primera vez debe ser algo maravilloso aunque yo aún tengo que esperar un poco para descubrirlo.

Y es que esas sencillas palabras entrañan mucho más significado del que se puede adivinar a simple vista.
Ser padres es un trabajo a jornada completa para toda la vida sin descansos ni festivos.
Cada etapa es maravillosa en sí misma pero también entraña retos y desafíos, miedos e incertidumbres que se deben ir superando poco a poco. Y el premio a esa labor es el amor más incondicional que pueda existir, el de un hijo.

Esa personita que ya se ama desde que a penas mide unos pocos milímetros y «nada» feliz en el vientre materno, incluso en los malos momentos, en los días difíciles, logra sacar lo mejor de nosotros mismos.
Y hoy celebro mi primer día de la madre sintiéndome muy especial. Con las felicitaciones de otras amigas madres, y sobre todo, compartiendo ese sentimiento con mi madre y mi hermana que son unas grandes madres de las que intento aprender y tomar ejemplo.

Además, he recibido mis regalitos de madre, unas huellas de las manos de mi pequeña y regalitos de papi que me hacen sentir mimada.
Aunque sin duda, para una madre, el mejor regalo es la sonrisa y el amor de un hijo, y en eso, somos afortunadas.
Feliz día de la madre a todas! Disfrutad de vuestro día.
