
El lunes día 1 de junio empieza la segunda fase para Granada y para Málaga, las únicas provincias andaluzas que aún estaban en fase 1. Coincide con el inicio de un nuevo mes y con la incorporación a nuestro puesto de trabajo de forma presencial.

Parece que junio será para nosotros el mes del regreso a la llamada nueva normalidad.

El tiempo es mágico: la semilla se vuelve árbol, la roca se vuelve arena y lo que tanto te preocupa se convertirá en anécdota al final del día.
Anónimo.
Atrás van a quedar dos meses y medio de mucho estrés, días largos y muy difíciles donde la conciliación laboral y familiar ha sido un reto constante que nos ha puesto a prueba día a día. Momentos de mucha tensión familiar solamente aliviados por los gratificantes ratos de risas y ocio con nuestra hija. Las pequeñas salidas a pasear y recuperar poco a poco la vida social también han ayudado a aliviar la tensión de las primeras semanas del confinamiento.
Quedarán en anécdota las llamadas de teléfono mientras dábamos un biberón o cambiábamos un pañal. Se quedará en nuestra memoria personal la oficina montada en nuestro salón, con cables USB que se desconectaban a su antojo y escribir emails con una sola mano porque en la otra duerme nuestro bebé y no queríamos que se despertará.
Atender a los clientes con la comida cociendo a fuego lento, el vaso del café medio frío sobre la mesa y la tostada recién hecha olvidada junto al portátil.

Estos dos meses y medio han dado para muchas anécdotas, y siempre hay que pensar que podría haber sido peor. Que dentro de las circunstancias nada fáciles, hemos podido teletrabajar y salir adelante compaginando de la mejor forma posible nuestra responsabilidad como padres y nuestro deber con la empresa. Nadie dijo que sería sencillo y ha sido un reto.
La vida es un reto constante que nos hace ponernos a prueba y superarnos día a día.
Llega ahora una nueva etapa. La vuelta a la oficina en tiempos de desescalada, con las medidas de seguridad necesarias para desempeñar nuestras funciones de una forma segura. Y el estrés generado por el teletrabajo ahora se trasladará al vertiginoso ritmo laboral que teníamos antes y que muchas veces se echa en falta. Volvemos a la rutina pero ahora será distinta.
Y como nosotros, muchas familias que van poco a poco retomando su rutina laboral se encuentran con la dificultad añadida de los hijos sin servicio de guardería, sin campamentos de verano y sin la opción de unos abuelos o familiares que puedan cuidarlos. En este caso toca contratar una niñera y gestionar unos meses de verano que prometen ser intensos.
Todo pasará, y seremos más agradecidos, más solidarios, más empáticos, más humildes, más justos, mejores personas y habremos aprendido.
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