Paseo de otoño

Aún quedaban varios días para entrar oficialmente en otoño y, sin embargo, el aire húmedo del amanecer lento y apacible invitaba a caminar entre los campos de maíz a punto de ser recolectados.

Los aspersores del césped del parque Tico Medina creaban un pequeño arcoiris con los primeros rayos de sol del día, empapando la tierra ya húmeda por el rocío nocturno, regalando a los paseantes el agradable olor a hierba mojada.

Con el sol saliendo a nuestra espalda, por las cumbres de Sierra Nevada, empezamos a caminar junto al Río Genil en dirección a La Vega, en un paseo cómodo y seguro para hacer con un bebé en la espalda. A la izquierda la frondosa ribera llena de sauces, adelfas y demás plantas que llenan de frescor el paseo. A la derecha, extensos campos de maíz con bonitas granjas, dónde algunas de ellas ofertan quesos ecológicos.

Pasear un domingo por la mañana temprano es un gran placer para los sentidos, con el camino tranquilo, sin apenas gente, sólo algunos ciclistas y algunas personas caminando que miraban divertidos a la pequeña sentada en su mochila porta bebés en mi espalda. Ella, divertida, iba charloteando en su idioma, señalando con el dedo cosas que le llamaban la atención, disfrutando del aire libre del campo en su rostro.

Es un gran paseo si se hace entero, ya que puedes llegar hasta los pueblos de La Vega. No era nuestro caso, que después de una hora caminando, decidimos dar media vuelta, para tener tiempo de parar en el parque a comer algo a media mañana.

Hicimos unos 8 kilómetros desde casa, pero sobre todo, fue la agradable sensación de salir a caminar, de ver despertar a la ciudad, alejarnos del asfalto para rodearnos de campo, de olores, de ruidos diferentes, de silencio, muchas veces poco valorado, pero tan necesario en nuestro día a día. Desconectar le mente y dejarnos llevar por las sensaciones que nos transmite la naturaleza, y en recompensa, una maravillosa sensación de bienestar cuando llegas a casa cansada pero satisfecha.

Hacía mucho tiempo que no tenía tiempo de salir a caminar un buen rato, la última vez fue en pleno verano cuando fuimos caminando por la ribera del Genil hasta Cenes de la Vega. Parando a ratos junto al río, para refrescarnos y para jugar con las hojas. En esta ocasión, tras varias semanas intensas de trabajo, salir a desconectar fue un gran alivio. Además, tenemos que ir cogiendo el ritmo para comenzar la temporada de rutas de senderismo.

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