La noche más terrorífica del año nos toca pasarla este año en casa, pero no por ello, va a dejar de ser una noche divertida. Tenemos decoración terroríficamente bonita, disfraces y ganas de pasarlo de miedo.
Alas de murciélago, cola de lombriz, que hoy y siempre seas muy feliz.
Anónimo.


Y es que, aunque sea una fiesta totalmente importada del mundo anglosajón (descubre el origen de esta fiesta) Halloween ya se celebra por todos los sitios, incluso en los colegios y guarderías, dónde los niños acuden disfrazados el viernes.
Se ven por la calle diablillos, esqueletos y brujas, alegres calabazas, fantasmas e incluso alguna novia cadáver.
Ojos de sapo, patas de rana, que tengáis suerte toda la semana.
Anónimo.

Y aunque no habrá truco o trato por las puertas, las galletas y los caramelos no van a faltar. Así como alguna que otra receta original. Nosotros apostamos por los «dedos sangrientos» para la merienda.



En estos días, previos a Halloween, nuestros pequeños llegan a casa con pequeñas manualidades hechas expresamente para esta fiesta. Un fantasma de algodón, un fantasma de papel higiénico o una mandarina convertida para la ocasión en una pequeña calabaza son los ejemplos que nos trae nuestra hija a casa, con tan solo un añito.

Para jugar esta tarde, tenemos pegatinas terroríficamente divertidas de Isadora Moon, lápices para colorear, témperas y juguetes de todo tipo. Con una niña tan pequeña es complicado transmitirle la esencia de una noche de brujas, pero lo importante es pasarlo bien igualmente. Y por supuesto, habrá videollamada con los familiares. Al otro lado de la pantalla, un divertido esqueleto interactuará con nuestra adorable brujita. Al menos las risas están garantizadas. Incluso desde la barriga de su mamá, nuestro pequeño sobrino aún no nato participa de Halloween, con una bellypainting magnífica.


Hace un par de años, echando la vista atrás, recordamos que pasamos el fin de semana de Halloween en Las Alpujarras, siendo Soportújar el epicentro de la fiesta con su ya famosa noche de brujas.
La decoración en sus calles, la implicación de sus vecinos disfrazados, la organización de juegos y gymkanas populares y su halo de misterio, hacen de este pueblo en estas fechas, un lugar magnífico para pasar la noche más terrorífica y divertida.

Y si el frío supone un problema, las castañas recién asadas, el chocolate caliente y las copitas de anís ayudan a pasar la noche sin duda de una mejor forma.
Tenemos un gran recuerdo de aquel fin de semana de Halloween y lo repetiremos en unos años cuando Emma lo pueda disfrutar corriendo por las calles estrechas casi en penumbra, resolviendo los acertijos y los hechizos hasta completar el juego.

Este año, no se podrán hacer los pasacalles organizados por los ayuntamientos de algunas localidades, donde los niños vayan cogiendo caramelos a la vez que preguntan truco o trato a sus vecinos. Este año tendrá que ser distinto.
Las calabazas decorarán las ventanas y las telarañas se enmarañarán entre las cortinas. Los viejos esqueletos aparecerán colgados detrás de la puerta y las brujas y los brujos se dejarán ver pasada la medianoche.

Encenderemos velas, apagaremos las luces y dejaremos que el misterio se cuele por entre las telas de araña que hemos puesto en las ventanas y por el techo.
Pelos de gato, alas de grulla, que los malos pensamientos se destruyan.
Anónimo.

