Qué diferente ha sido este mes de marzo al que vivimos el año pasado, qué distinto el sentir de nuestro espíritu, agotados de la pandemia, de la situación, pero ilusionados y esperanzados.

Dicen que tenemos cansancio pandémico y que nos afecta a todos psicológicamente. Yo también lo creo. Es muy difícil lidiar día tras día con esta situación sin que nos vaya haciendo mella en menor o mayor grado. Pero en los últimos meses, quizás por el comienzo de la vacunación, veo las cosas con mayor optimismo. Además, la llegada del buen tiempo siempre ayuda a que el ánimo mejore.

Aprovechamos los días de sol, cada vez más largos, para pasear, jugar en el parque con la pequeña Emma y para llenar nuestros pulmones de aire limpio y renovado. Para sentir en nuestra piel el sol y la brisa y renovar energías como si fuéramos plantas haciendo la fotosíntesis.

Qué distintos fueron los meses de marzo y abril el año pasado. Qué lejos y qué cerca aún. Con la Semana Santa a una semana vista, los planes que se pueden hacer tienen que estar limitados a las actuales restricciones. Aún así, con las limitaciones de la movilidad entre provincias, vamos a intentar sacarles el máximo partido a los días de descanso, tan merecidos y necesarios y que el año pasado por las circunstancias excepcionales que tuvimos no pudimos tener.

Visitar algún monumento de la ciudad, quizás La Alhambra si hay entradas disponibles, pasar un día en la costa, caminando por el litoral, subir a algún pueblo de la sierra para disfrutar del monte, visitar el Parque de las Ciencias, hacer alguna actividad al aire libre con algunos amigos, las ideas y los planes se nos agolpan en la mente sin saber aún qué haremos realmente.

Algunas sugerencias para hacer estos días:

• Ruta por el río Dílar con niños
• Paseo por la Vega en bici
• Picnic en el parque Tico Medina
• Visitar el Geoparque
• Visitar el Biodomo del Parque de las Ciencias
• Pasar el día en la playa
• Hacer senderismo por Güéjar Sierra
• Descubrir la sierra de la Alfaguara
• Paseo urbano por Granada
• Visitar La Alhambra

Lo que tenemos claro es que no nos quedaremos encerrados en casa. Tantos días sin poder salir de forma forzosa al principio y por el mal tiempo después, han dejado paso a una irremediable necesidad de estar al aire libre. De respirar hondo y sentir que nuestro cuerpo se renueva de aire y de ilusiones.

No debemos relajar las medidas de seguridad, siempre teniendo cuidado y respetando esas pequeñas normas básicas que ya se han convertido en hábitos y rutinas y con las que la mayoría convivimos sin ningún tipo de problema. Aunque no nos engañemos, estoy deseando tirar a la basura las mascarillas y cuento los meses que aún quedan para poder hacer vida sin ellas. Me resigno, cómo en tantas otras cosas. Ya llegará ese día, más pronto que tarde.

Feliz entrada de primavera a tod@s y no sólo me refiero al cambio de estación. Toca renovarse y renacer.